PALENCIA
La Provincia de Palencia está integrada en la comunidad autónoma de Castilla y León. Limita al norte con Cantabria, al este
con Burgos, al sur con Valladolid, y al oeste con esta última y con León.
Su superficie es de 8.035 km2; y su población aproximada es de 170.000 habitantes.
Los Municipios de Palencia son:
Abarca de Campos, Abia de las Torres, Aguilar de Campoo, Alar del Rey, Alba de Cerrato, Amayuelas de Arriba, Ampudia, Amusco, Antigüedad, Arconada, Astudillo, Autilla del Pino, Autillo de Campos, Ayuela, Baltanás, Baquerín de Campos, Bárcena de Campos, Barruelo de Santullán, Báscones de Ojeda, Becerril de Campos, Belmonte de Campos, Berzosilla, Boada de Campos, Boadilla de Rioseco, Boadilla del Camino, Brañosera, Buenavista de Valdavia, Bustillo de la Vega, Bustillo del Páramo de Carrión, Calahorra de Boedo, Calzada de los Molinos, Capillas, Cardeñosa de Volpejera, Carrión de los Condes, Castil de Vela, Castrejón de la Peña, Castrillo de Don Juan, Castrillo de Onielo, Castrillo de Villavega, Castromocho, Cervatos de la Cueza, Cervera de Pisuerga, Cevico de la Torre, Cevico Navero, Cisneros, Cobos de Cerrato, Collazos de Boedo, Congosto de Valdavia, Cordovilla la Real, Cubillas de Cerrato, Dehesa de Montejo, Dehesa de Romanos, Dueñas, Espinosa de Cerrato, Espinosa de Villagonzalo, Frechilla, Fresno del Río, Frómista, Fuentes de Nava, Fuentes de Valdepero, Grijota, Guardo, Guaza de Campos, Hérmedes de Cerrato, Herrera de Pisuerga, Herrera de Valdecañas, Hontoria de Cerrato, Hornillos de Cerrato, Husillos, Itero de la Vega, Lagartos, Lantadilla, Ledigos, Loma de Ucieza, Lomas, Magaz de Pisuerga, Manquillos, Mantinos, Marcilla de Campos, Mazariegos, Mazuecos de Valdeginate, Melgar de Yuso, Meneses de Campos, Micieces de Ojeda, Monzón de Campos, Moratinos, Mudá, Nogal de las Huertas, Olea de Boedo, Olmos de Ojeda, Osornillo, Osorno la Mayor, Palencia, Palenzuela, Páramo de Boedo, Paredes de Nava, Payo de Ojeda, Pedraza de Campos, Pedrosa de la Vega, Perales, La Pernía, Pino del Río, Piña de Campos, Población de Arroyo, Población de Campos, Población de Cerrato, Polentinos, Pomar de Valdivia, Poza de la Vega, Pozo de Urama, Prádanos de Ojeda, La Puebla de Valdavia, Quintana del Puente, Quintanilla de Onsoña, Reinoso de Cerrato, Renedo de la Vega, Requena de Campos, Respenda de la Peña, Revenga de Campos, Revilla de Collazos, Ribas de Campos, Riberos de la Cueza, Saldaña, Salinas de Pisuerga, San Cebrián de Campos, San Cebrián de Mudá, San Cristóbal de Boedo, San Mamés de Campos, San Román de la Cuba, Santa Cecilia del Alcor, Santa Cruz de Boedo, Santervás de la Vega, Santibáñez de Ecla, Santibáñez de la Peña, Santoyo, La Serna, Soto de Cerrato, Sotobañado y Priorato, Tabanera de Cerrato, Tabanera de Valdavia, Támara de Campos, Tariego de Cerrato, Torquemada, Torremormojón, Triollo, Valbuena de Pisuerga, Valdeolmillos, Valderrábano, Valde-Ucieza, Valle de Cerrato, Valle del Retortillo, Velilla del Río Carrión, Venta de Baños, Vertavillo, la Vid de Ojeda, Villabasta de Valdavia, Villacidaler, Villaconancio, Villada, Villaeles de Valdavia, Villahán, Villaherreros, Villalaco, Villalba de Guardo, Villalcázar de Sirga, Villalcón, Villalobón, Villaluenga de la Vega, Villamartín de Campos, Villamediana, Villameriel, Villamoronta, Villamuera de la Cueza, Villamuriel de Cerrato, Villanueva del Rebollar, Villanuño de Valdavia, Villaprovedo, Villarmentero de Campos, Villarrabé, Villarramiel, Villasarracino, Villasila de Valdavia, Villaturde, Villaumbrales, Villaviudas, Villerías de Campos, Villodre, Villodrigo, Villoldo, Villota del Páramo, Villovieco.
De prestar el debido crédito a lo que dice, a nuestro juicio, no muy acertadamente, con respecto a esta ilustre ciudad, el prestigioso autor y tratadista, don Francisco Piferrer, en su conocida obra "Reinos y Señoríos de España", la fundación de la ciudad de Palencia la llevó a efecto un rey llamado Palatuo, en fecha de 265 años antes de la Era Cristiana.
Naturalmente, tal erudito autor, no se hace garante de esta versión; se limita a reproducirla indicando que en efecto parece tratarse de una ciudad muy antigua y que se conoció en remotos siglos con los nombres de Palantia, o Palancia, que fue mudando a Palencia, siendo muy pocos los nombres geográficos anteriores que se conocen al afecto.
Palencia ciudad está situada en Tierra de Campos, junto al río Carrión, no lejos del Pisuerga, emplazada en las altas terrazas de la ribera. Los romanos conocieron la población con el nombre de Palantia o Pallantia y fue una población que desempeñó un importante papel en las guerras numantinas, (asedios de 151 y 137 años antes de Cristo).
Numancia, la famosísima Numancia, ciudad de los arevacos entró en conflicto bélico con Roma por haber acogido a los supervivientes de la atacada ciudad de Segeda lo que, en realidad, tan sólo fue un pretexto de los romanos para atacar la población de Numancia, rompiendo el pacto establecido con ella por el cual se le garantizaba su independencia.
Lo que ocurrió ya lo cuenta la historia; las sucesivas derrotas que los numantinos infligieron a las legiones romanas hasta que estas, acaudillados por Escipión, rindieron a la ciudad por hambre, prefiriéndo sus habitantes darse muerte antes de rendirse a los romanos.
Cuando antes indicamos que Pallantia desempeñó un importante papel en estas guerras es porque los romanos tomaron a esta ciudad como centro de sus operaciones contra Numancia.
Bajo la administración romana, Palencia quedó englobada en el "conventus" de Clunia. Más tarde, con la dominación visigoda y la expansión del cristianismo, experimentó un estimable crecimiento, al tiempo que era elevada a la categoría de sede episcopal.
Con la llegada de los invasores musulmanes, procedentes de la bereberia, Palencia tuvo que sufrir los ataques continuos de las huestes musulmanas que acabaron por arrasarla casi por completo, con lo que, lógicamente, al huir sus habitantes, quedó despoblada.
Los sarracenos no parecieron conceder excesiva importancia a la población, por lo que una vez reconquistada por Sancho "el Mayor", de Navarra, este dió órdenes para que fuera reconstruida y repoblada, al tiempo que restauraba la sede episcopal.
De la importancia de la diócesis palentina puede bastar el definitivo dato de que durante el siglo XII se celebraron allí dos Concilios, en los años 1.113 y 1.124.
En el año 1.208 se creó el Estudio General de Palencia, que fue el primer centro universitario de la España cristiana, más tarde transferido a Salamanca.
El Rey Alfonso X, dotó a la villa de Palencia de un Fuero que colaboró el incremento industrial y demográfico de la ciudad, convirtiéndose en un centro comarcal de la Mesta de primer orden.
Durante los siglos XVI y XVII su más floreciente industria fue la de los paños, cuyos productos se vendieron primero por la región y paulatinamente fueron extendiéndose no sólo por España, sino que se exportaron a América, lo que redundó en un período de esplendor para la ciudad palentina.
Al tiempo, la feria de Medina del Campo alcanzó también enorme importancia, lo que hizo que a lo largo del siglo XVI la población sufriera un gran aumento: de 7.000 habitantes que tenía en el año 1.530 pasó a más de 15.000 en 1.594.
Pero la crisis económica general que afectó a Castilla, influyó también, consecuentemente, en Palencia que en el año 1.646 vio cómo su población descendía hasta llegar a menos de siete mil habitantes.
Palencia se recobró de esta crisis a partir del siglo XVIII y desarrollándose tan rápidamente que en el siglo XIX, ya pasaba, con mucho, de los veinte mil, sus habitantes.
En lo que se refiere al arte, Palencia cuenta con una construcción muy antigua, la Cueva de San Antolín, del siglo VII. Sobre ella fue construida la catedral, sobre el año 1.321, finalizando las obras en el año 1.516.
En lo que se refiere a la provincia, tenemos primeramente Aguilar de Campoo. Las noticias que se tienen de esta villa que merezcan alguna consideración histórica no van más allá del siglo X. Por todo lo anterior, reina el confusionismo que se traduce en distintas opiniones sobre su fundación. Los más, la atribuyen a los godos, aunque no faltan las discrepancias a este respecto.
Florian Ocampo, por ejemplo, afirma que esta villa puede ser la antigua Brigantium, o Iluobriga; Orgaz y Sosa, se inclina por una fundación romana a la que llama Octaviana; el Maestre Flórez coincide con esta apreciación; Cortés, por el contrario, opina que Aguilar corresponde a una población muy antigua a la que designa con el nombre de Amoka.
Pero todas estas múltiples opiniones no pasan de ser meras conjeturas y, a juicio del mencionado tratadista don Francisco Piferrer, son tan aventuradas y deleznables que solamente se apoyan en los puntos geográficos que pudieron ocupar dichas poblaciones, o en alguna posible analogía de los nombres. De atenerse a datos más verídicos, parece ser que la fundación de Aguilar de Campoo data de un Monasterio de la Orden de San Benito que hubo en la comarca y en cuyos antiquísimos documentos, consta que la villa fue fundada a principios del siglo XI, leyéndose en dichos documentos que por los años 522 estando cazando un Caballero llamado Alino y persiguiendo un jabalí herido, llegó hasta Peñalonga, donde encontró, por esta casualidad, dos ermitas desiertas.
Habiéndoselas enseñado a un hermano suyo llamado Opila, que era presbítero, éste, poseído de pronto de una gran veneración hacia aquellos abandonados santuarios, sintió el deseo de oir cantar en ellas salmos, himnos y alabanzas al Señor y pareciéndole sano y agradable el territorio, invitó a unos piadosos labradores a fijar, en aquellas tierras, su morada y procedió a edificar, con la ayuda de aquellas gentes, el monasterio que dió origen a la villa.
El rey Alfonso VIII la engrandeció y es por eso que se atribuyera a dicho monarca su fundación. Los Reyes Católicos concedieron a esta villa el título de Marquesado que recayó en la persona de don Garci Fernández Enriquel y en 1.517 el emperador Carlos V, a su llegada a España, procedente de Flandes, fue recibido en ella con gran magnificencia, siendo obsequiado con grandes fiestas populares.
Carrión de los Condes: He aquí como el historiador Méndez Silva se refiere a esta población en su "Población General de Espana": "Yace a lo último de los Campos, la villa de Carrión, cognominada de los Condes, por los muchos que la dominaron. Sitio amable, tendido, apacible, y saludable, teniendo al Norte, a cuatro leguas, la villa de Saldaña, al Oriente, a catorce, la Ciudad de Burgos, al Mediodia, a siete, la ciudad de Palencia y León, al Poniente, a dieciséis.
Es villa que ha producido ilustres varones en santidad y ciencia. Aquí se celebró un Concilio en tiempos de Honorio II, al cual asistió su legado Umberto.
Fue antiguamente Condado, del que gozaron don Gonzalo y sus hijos Diego González y Fernán González, yernos del Cid Campeador los cuales cometieron alevosía con sus mujeres.
Dió el rey Alfonso sentencia y salieron a lidiar ambos dos y su tío Suero con otros tres de parte del Cid, que fueron Pedro Bermúdez, Martón Antolínez y Nuño Bastos; los cuales se combatieron en esta villa en el año 1.096, estando presente el rey y toda su corte.
Saliendo vencidos los Condes de Carrión y declarados por alevosos, quedó esta villa desde entonces a la Corona Real..."
Dueñas, de la cual, de acuerdo a las opiniones más generalizadas, se dice que fue fundada por los celtas.
Pero, sobre esto, no se tiene la debida constancia histórica por lo que las primeras noticias nos llegan del tiempo de ladominación romana, los que le dieron el nombre de Eldana.
Al producirse la invasión musulmana en España, los moros determinaron arrasarla, lo que hicieron, dejándola desierta
y hasta que no fue reconquistada por el rey don Alfonso III, de Aragón, no fue repoblada por Orden del citado monarca.
Grajal, cuya población se tiene por cierto que fue fundada por los romanos y fue Tiberio Graco quien lo hizo, 177 años
antes de la Era Cristiana. La nombró "Graja" que con el tiempo se convirtió en la actual Grajal.
Torquemada, de la que nada se sabe a ciencia cierta sobre quienes pudieron ser sus primeros habitantes.
Se la tiene por muy antigua, por lo que, posiblemente, su fundación se debe a los Celtíberos. Lo que sí se sabe es que ya era citada por Tolomeo con el nombre de "Astraca".
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